La belleza del vidrio en la arquitectura siempre ha estado y estará presente. Los avances tecnológicos para mejorar sus cualidades y encontrar nuevas propiedades, han dado paso a una nueva generación de vidrios.
Los problemas que iban surgiendo en su aplicación en edificios se han ido solucionando con estos avances, por lo que hoy en día podemos disfrutar de la tecnología más avanzada junto a las características únicas que ofrece el vidrio.
Un claro ejemplo es la dificultad en la limpieza y mantenimiento que se derivaba de la instalación de vidrios en las fachadas de edificios de gran altura, problema que dejó de serlo con la llegada de los vidrios autolimpiables.
El vidrio autolimpiable y su aplicación
El vidrio autolimpiable posee la capacidad de mantener libre de suciedad toda su superficie. Esto ocurre gracias a que cuenta con una capa especial compuesta por dióxido de titanio y de sílice, que se aplica al vidrio durante el proceso de fabricación.
Estos dos componentes producen un efecto hidrófilo y fotocatalítico que se activa a través de los rayos UV de la luz natural. Esta reacción descompone la suciedad orgánica de la superficie exterior del vidrio, impidiendo que se adhiera desde dentro hacia fuera. Cuando llueve el agua resbala arrastrando la suciedad sin formar gotas, ni ningún tipo de mancha al secarse.
Este tipo de vidrios son la solución perfecta para su instalación, sobre todo en edificios de difícil acceso para su limpieza, bien sea por su altura, su ubicación, tamaño y zonas sometidas a una alta contaminación.
También son ideales, para todo tipo de fachadas, con muros cortina, ventanas, puertas, barandillas. Son muy resistentes, respetuosos con el medio ambiente y evitan posibles accidentes del personal de limpieza por la dificultad que entraña algunos lugares de difícil acceso.
Características del cristal autolimpiable
Además de la gran transparencia que ofrecen los vidrios autolimpiables, convirtiendo el interior de los edificios en entonos luminosos y ligeros, nos ofrecen otro tipo de ventajas:
- Un gran ahorro de mantenimiento, sobre todo en edificios totalmente acristalados y de gran altura. La conservación de este tipo de fachadas sin cristales autolimpiable, supone un mantenimiento constante para mantener un aspecto impoluto, en cambio, con ellos la frecuencia de su limpieza disminuye o simplemente no es necesaria.
- Ahorro energético, al mantener la transparencia del cristal, la luz natural está siempre presente, sin necesidad de utilizar de manera continua la luz artificial. Mejora la condensación exterior del cristal.
- Su función autolimpiable al exterior está siempre presente, incluso en los días nublados y aunque el sol no incida de manera directa.
- Se puede aplicar en todo tipo de vidrios, como son los que llevan tanto, protección solar, acústica, de baja emisividad, tintados, reflectivos, anti reflejo y decorativos, y los de seguridad como son los laminados y templados.
- Contribuye al cuidado del medio ambiente, ya que en este tipo de vidrios la suciedad no se queda adherida, por lo que su limpieza puntual no necesita detergentes, lo que supone también un ahorro en productos de limpieza.
- El recubrimiento autolimpiable no se estropea en condiciones normales y su duración es la misma que la del propio vidrio.
Los cristales autolimpiables son ideales para todo tipo de edificaciones residenciales, edificios industriales y corporativos, hoteles, hospitales, escuelas, universidades, centros comerciales, residencias, invernaderos, mobiliario urbano (marquesinas, claraboyas, paneles publicitarios o mupis…).
Vidreglass colabora con empresas de construcción, proyectistas, arquitectos, interioristas, … para asesorarles y trabajar junto a ellos en la instalación de vidrios autolimpiables.